miércoles, 17 de agosto de 2016

Folklore y Literatura Infantil en el Perú

José Antonio Encinas 1930
Con niños en actuación folklorica
Pueblo rico en oro y en literatura ¡qué suerte! Los peruanos tienen que aprovechar sus propias minas espirituales para la literatura de los niños. ¿A qué buscar hadas, gnomos y elfos nórdicos si tienen espíritus y magos en su propia tierra? Locura sería pedir prestado a la mitología extraña mientras no agoten la propia.” Carmen Bravo Villasante 
La relación entre el folklore y la literatura infantil es amplia y fértil. Uno de los trabajos más sustantivos al respecto es el artículo que con ese título (pero escribiendo "folclore") escribió Danilo Sanchez Lihon, del cual tomamos los siguientes párrafos.

"El folclor, por estar más vinculado a la cultura tradicional, es decir, a aquella que conserva y usa la interpretación del mundo que dieron nuestros antepasados –expresada en formas tan primigenias como las creencias, pensamientos e ideas cosmogónicas– encuentra en el niño un enorme asidero, tanto que se podría postular una plena coincidencia entre literatura para la infancia y la infancia de la civilización y del hombre.
El niño hace interpretaciones originales del mundo, anima lo inanimado, cree y diviniza, corroborando la analogía entre la mentalidad del hombre en los orígenes de la humanidad y la mentalidad del niño de hoy y mañana, razón por la cual la mejor forma de iniciar a éste en el desarrollo de ideas y en la expresión artística es con el folclor, expresión ancestral con la cual tiene enormes afinidades y coincidencias.
El folclor, representado en los mitos, leyendas y. narraciones populares nos dicen lo que hemos sido y lo que nunca debemos dejar de ser, porque ello constituye nuestra esencia y nuestra forma de situamos en el mundo. De allí que él tenga el sello de lo que ha llegado a ser perenne y probablemente imperecedero". 
Recuperando la sabiduría popular (Folk=pueblo, Lore=saber) el folklore, nos dice Danilo Sanchez Lihon,  contribuye al desarrollo de la conciencia propia y el pensamiento crítico, y no es de ninguna manera una simple repetición de leyes morales. 
"El folclor literario contribuye a formar una conciencia propia, predispone a mirar lo que tenemos más cerca de nosotros mismos y más valioso; nos enriquece y está a nuestro alrededor. Y todo ello es una buena base y un buen punto de partida, porque es sentando bien los pies sobre la tierra que se puede proyectar y luego volar hacia otros rumbos, pretendiendo acceder a posarse y poner los pies incluso en las estrellas. 
El relato o la poesía folclórica se constituyen así en el vínculo más sólido que puede establecer el niño con su cultura, cordón umbilical que lo une a su raíz y a su ancestro, línea de continuidad con las generaciones anteriores que hace posible no perder identidad y exorcizar el desarraigo y el exilio que es el drama de una gran mayoría de los hombres de nuestro tiempo".

Porque no puede haber folklore sin colectividad, éste es un medio fundamental para integrar a las personas de un mismo pueblo y a la vez integrar los pueblos.
"Una característica del folclor que es importante destacar, entre otras, como es su índole popular, funcional y anónima, radica en su carácter colectivo. ¿Y qué valor es más extraordinario que este?: ¡que el niño participe, a través del folclor literario, de algo que lo integre y enlace a su colectividad!, ¡que lo haga solidario con sus semejantes! Porque del folclor participa no sólo un grupo, una capilla o un clan, sino el común de las personas, el colectivo social, todos los hombres juntos, enlazados por esta hebra que aunque no estén contiguos físicamente ¡sí están hermanados por este cordón de oro!
Cuando se enfatiza en el folclor, hay la aprehensión de que tal vez se esté actuando en contra de un lenguaje universal, de que se acentúe el problema de las nacionalidades, de que se particularicen y fragmenten a los pueblos. Ello no ocurre así, porque es a base de la identidad como se alcanza la universalidad, porque es principio dialéctico que no se puede integrar lo que no tiene identidad, siendo pues éste el camino para alcanzar la unidad. 
El mundo debe ser una integración feliz de nacionalidades. El folclor, al dar no una sino muchísimas interpretaciones del mundo –pues cada pueblo y grupo humano, culturalmente distinto, tiene la suya–, afianza la identidad y se empina hacia la universalidad".

Convertir el cuento, la leyenda y el mito oral en texto, ofrece un medio educativo muy valioso para los niños y niñas, como lo recuerda Arguedas en Mitos, Cuentos y Leyendas Peruanos (1947):
"La esplendente belleza de la mayoría de los relatos es fruto directo de la creación popular, conservada con extraordinaria pureza por la amorosa y verdaderamente admirable objetividad de los maestros y alumnos que los recogieron. Ha sido posible editar, de esta suerte, un libro de procedencia escolar que podrá convertirse en un buen instrumento para la educación, pues aparte de servir como medio de enseñanza de la lectura, puede emplearse para despertar entre los estudiantes elevadas inquietudes, pudiéndose aprovechar también su contenido como tema de análisis y como auxiliar en los cursos de Geografía, Historia, Psicología y Castellano. Por otro lado, los mitos, leyendas y cuentos que aparecen en este volumen llevarán, a quienes lo necesitan, el conocimiento directo y animado del espíritu popular peruano, extraordinario en la riqueza de su imaginación y de su capacidad creadora".

José Portugal Catacora, quiso explotar al máximo los mitos, cuentos y leyendas del altiplano en la educación de los niños y niñas, reconociendo, primero, que son medios valiosos y típicos de la educación espontánea que los pueblos quechua y aymara practican, a través de lo que Julian Palacios Ríos llamó "la Educación de Manco Capac y Mama Ocllo que todavía practican estos pueblos. Por ello, recogió y publicó numerosas tradiciones orales, señalando por ejemplo, en el caso de la leyenda de la Kantuta
Serie Lectura para Niños

"El espíritu animista de los niños se nutre con leyendas y fábulas, cuyo mensaje les transfiere valores morales y les enseña a vivir". 
Por otro lado, quiso que la cultura de esos pueblos llegara a los niños y niñas del pueblo mestizo y más occidental, para fomentar el aprecio mutuo y abrir sus ojos a otros manera de mirar el mundo. Por ello, señaló en Puno Tierra de Leyenda:
"Nuestros niños nutren su espíritu con el aporte de la literatura infantil de otros países, lo cual contribuye a crear complejos de infravalía, con grave detrimento de la formación de nuestro sentimiento nacionalista, porque ellos crecen en la conciencia falsa de que solamente otros países tiene o pueden producir cosas bellas para los niños. Es necesario poner en manos de nuestra niñez las maravillosas e ingentes concitaciones e nuestro glorioso  y legendario pasado, para sembrar en su corazón y en su cerebro el amor por lo lares nativos como fundamento del amor a la patria.

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