lunes, 25 de noviembre de 2013

Condor enamorado

Fuente dibujo
Desaparecido el último animal rebelde a su autoridad (Ver El reyno del Condor), Kunturi se dedicó a gobernar su reinado con toda sabiduría y bondad, tratando de ser un rey justo y generoso. Su intención era demostrar que era realmente un ser superior por las altas cualidades morales y espirituales que poseía, no solamente por sus condiciones físicas.
Pero un día le entró la tentación. Al bajar de sus dominios a una hermosa pampa de pastizal, encontró a una bellísima pastora, sentada rodeada de pajonal,  trébol y grama. Bajó hasta muy cerca de ella, se posó sobre una roca que había no muy lejos  y desde allí la contempló, impulsado por sus mejores sentimientos. Era realmente una hermosísima joven que hilaba fina lana de vicuña para tejerse una inkuña (tejido de uso ceremonial).
Desde aquella vez, cada día descendía de su palacio y permanecía largas horas contemplando a la bella pastora de la que se enamoró perdidamente.
En los siguientes días se convirtió en un apuesto joven vestido de negro con camisa blanca y pañuelo rojo en el pescuezo. Y poco a poco fue acercándose hasta que logró conversar con ella.
 
    
- Eres muy bonita, imilla - le dijo con apasionada lisonja.
- Será para tus ojos bellos - le respondió ella.
Y ambos quedaron prendados el uno del otro. Todos los días se pasaban horas conversando amorosamente.
 
 
Un día le propuso jugar y le invitó a que él haría de corcel y ella de jinete. La pastora aceptó cariñosamente y se subió sobre las espaldas del joven. Pero apenas ella estuvo sobre el lomo de Kunturi, éste emprendió un rápido vuelo, retomando su natural condición de Cóndor. De este modo se la llevó a su nidal situado en lo más alto de lo escarpado de la montaña. Y no más apareció la Imilla pastora.
 
 
Desde entonces se repite que el Cóndor es también raptor de imillas pastoras.  
 
 
El Congreso de Animales
 
 
Sus aventuras románticas con la imilla pastora, le restaron prestigio al rey de los Andes y su pueblo empezó a vivir una vida de desórdenes sociales.      
 
 
El zorro agudizó su conducta de ladrón de gallinas, mentiroso y farsante. Los ratones invadieron las casas de los hombres para comer su queso y demás comidas. El zorrino se dedicó a infestar las habitaciones de las gentes.  Y los piojos y las pulgas se apoderaron del cuerpo de las gentes provocando fiebres tíficas. Y como si todo esto fuera poco, el dios Inti se encolerizó y dispuso castigar a los animales haciendo que dejara de llover y se produjeran años de sequía que agotaron los pastizales y los chacrales destruyendo las cosechas, al mismo tiempo que los puquiales, los ríos y las lagunas se secaron de tal modo que los animales morían al mismo tiempo de hambre y de sed.
 
 
Ante tanta desgracia, Kunturi se dirigió al dios Inti para pedirle que aplacara su cólera y que cesaran los castigos. Y el dios Inti le dijo: 
 
 
 - Haré que vuelva a llover, siempre que logres cambiar la conducta licenciosa de los animales con el ejemplo. –
 
 
Consecuentemente Kunturi se arrepintió de haberse robado a una zagala para su consorte e invitó a los animales a realizar un gran congreso, en el que se comprometieran a cambiar de conducta para ser perdonados por Inti.
 
 
Y el Congreso se realizó. Llamas, alpacas, vicuñas, suris, perdices, gallinazos, palomas, golondrinas, lagartos, culebras y hasta los murciélagos asistieron.
 
 
El Congreso se reunió sobre un Altiplano formado en la cima de un cerro de forma de cono truncado.
 
 
Así, todos hicieron promesas de cambiar la manera de vivir y ofrecieron llevar su vida de paz y comprensión, luego firmaron un acta y el Congreso se dio por terminado.Con aprobación del Inti, volvió a llover y los ambientes se llenaron de chacrales y pastizales.
 
 
Desde entonces cada vez que los animales entran en una vida desordenada, vuelve a producirse la sequía en el Altiplano.
 
(Tomado de "Personajes Folklóricos del Altiplano" de José Portugal Catacora) 

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